Americana y pop

El quinteto barcelonés Bremen tiene nombre de ciudad alemana pero su sonido es americano, tal como indica el título de su segundo disco “Tornar d’Amèrica”, que hace referencia a la vuelta de su bajista Joan Villarroya tras un año de estancia en Estados Unidos. Sin embargo, sus nuevas canciones se alejan del sonido americana de su debut, “Les cançons que vindran”, para acercarse a un pop agridulce y detallista.

Su trabajo está avalado por el sello que representa a Manel, Joan Miquel Oliver o Mishima. Como todos ellos, Bremen hace del detallismo en los arreglos y el acabado de las canciones un signo de identidad, aunque por encima de todo destaca la madurez compositiva de Gracià Pedro y Toni Terrades, a la que cabe unir la pericia instrumental del guitarrista Guillem Rodríguez y del batería Miquel Ballester.

La variedad de registros va del single “Pell salvatge”, con un aroma a Bob Dylan, al power-pop de “El nou llenguatge”, con armonías vocales en la tradición de The Byrds. En la balada “Fred al cor” conviven órgano Hammond y distorsión, mientras que “Marea alta” tiene un estilo tabernario a lo The Pogues. Parafraseando otro de sus títulos más logrados, el apoteósico “El teu moment”, parece que realmente les ha llegado su momento.

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