Cómo todos los artistas verdaderamente grandes, Quimi Portet es un género en sí mismo. Más allá de los tres millones y medio de discos vendidos, la insobornable fidelidad a su propio universo lo ha convertido en un referente tanto por coetáneos como por las nuevas generaciones de la música. Sensibilidad, ironía y una voz propia que suena como nunca en un nuevo disco, el DÉCIMO de su carrera en solitario, grabado de pies a cabeza por él mismo y coproducido junto al británico David Tickle, con quien ya trabajó a Astronomía Razonable (93). Rock’n’roll de cuando el rock’n’roll importaba sin nostalgia ni complejos que, en directo y con Jordi Busquets a la guitarra y Ángel Celada a la batería, se transforma en una fiesta personal y absolutamente intransferible.